Materiales:
1 Cable de cobre esmaltado (se puede comprar en ferreterías).
1 tornillo grande u otro material ferromagnético.
1 pila de tamaño XL.
1 Tijera.
Materiales metálicos que puedan ser atraídos por un imán.
Procedimiento:
a) Lo primero que tenemos que hacer es enrollar el cable de cobre esmaltado alrededor del tornillo. Es importante que quede lo más concentrado posible.
b) Una vez hecho, dejamos unos 5 o 6 centímetros más de cable por cada lado y cortamos el sobrante con las tijeras de manera que nos quede así.
c) El siguiente paso es quitar el esmalte de los extremos del cable. Hay dos formas de hacerlo. La primera es raspando con las tijeras o un cúter hasta quitarlo completamente. La segunda forma es simplemente quemando los extremos con un mechero.
d) Ahora lo único que nos queda hacer es conectar uno de los extremos al lado positivo de la pila y el otro, al negativo. Manteniéndolos sujetos con los dedos índice y pulgar, acercamos el tornillo a los clavos o arandelas que tengamos preparados y... ¡los atraerá al momento!
Aclaración:
Podemos probarlo con todos los materiales metálicos que queramos para ver su potencia. Si soltamos, todos dejarán de estar imantados y se caerán inmediatamente. Por último, es importante que no tengamos el cable conectado a la pila durante mucho tiempo, ya que, debido al efecto Joule, aumenta de temperatura y podemos llegar a quemarnos los dedos.
Explicación:
Al pasar la corriente eléctrica de la pila por un material conductor, como es en este caso el cable de cobre, se genera un campo magnético alrededor de él. Lo que pasa es que éste es muy débil y no es capaz de imantar materiales como son arandelas o clavos.
Lo que hemos hecho en este experimento es concentrar el material conductor en una pequeña zona, con lo que su campo magnético adquiere mayor fuerza. Con ayuda de un material ferromagnético como es el tornillo grande, canalizamos las líneas electromagnéticas hacia un mismo punto y así conseguimos un potente electroimán casero.





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